Un día me marcharé
Un día me marcharé
no sé cuando ocurrirá
ni de qué forma lo haré
pero sí sé que me iré.
La brisa os lo dirá
sé marchó aquí no está
sé fue solo y desnudo
del mismo modo que vino.
Aún quedan otros mundos
otras gentes otras risas
otros llantos otras vidas
aún son muchos los caminos.
Si queréis saber dónde estoy
podéis buscarme en las olas
o bajar a los abismos
escarbar entre la arena
o registrarle a los vientos
rebuscar en las cenizas
entre el fuego o en los hielos
podéis hablarle a las flores
o preguntarle al estiércol
porque de todos ellos soy.
De aquello que me hayáis dado
nada llevaré en las manos
porque ya lo habré gastado
y de aquellas otras cosas
que no me quisisteis dar
no os debéis de preocupar
todo os lo habré dejado
en su sitio y sin usar
que así como no se coge
lo que en ningún sitio está
del mismo modo se sabe:
no se roba a los hermanos.
De momento estoy aquí
aunque ya sé que me iré
por vosotros mientras tanto
si un día me veis llorando
entonces debéis saber
que pronto me marcharé.
¿Estás pre-ocupada?
Planeando sobre los días
que visten tus anhelos
se encuentra el desamparo
el abandono lo que hace daño
la soledad el recelo
la incomprensión la ira
... y otras cosas parecidas.
Y mientras éstas van planeando
otras son las que van volando
volando sobre los días
que visten tus anhelos
vuelan el gozo la paz y la alegría
vuelan la pasión el éxito y el deseo
... y otras cosas de esos géneros.
Aún otras ni vuelan ni planean
las hay que parecen quedarse quietas
o caminar despacio despacito
y otras que más parecen atletas
poco antes de llegar a la meta
y hasta las hay que parece
que les importes un pito
... y otras cosas por el estilo.
Todas ellas van contigo
todas ellas se van de ti
todas ellas van y vienen
todas ellas están aquí
pudiendo ser también de allí
todas ellas han venido
para marcharse después
dejando el sitio que tienen
a la sorpresa al amigo
al aprendizaje al querer
al progreso a las gentes
... y otras cosas evidentes.
Sea como fuere que son
solamente son lo que son
ni lo que parece que son
y ni siquiera lo que han sido
... ni otras cosas con sentido.
La niña sobre la lona
Está saltando
la niña sobre la lona
está saltando
y a cada salto rebota
la niña sobre la lona.
Está saltando
la niña sobre la lona
está saltando
y a cada salto rebota
su cuerpo sobre la lona
suben sus ojos
y a la par sube su boca
sube su ombligo
y con él sube ella toda.
Está saltando
la niña sobre la lona
y con cada salto
sube la niña toda
está saltando
la niña sobre la lona
y a cada salto
con ella sube la lona.
sube la niña
y con ella sube la lona
cuanto más sube
más bajan otras cosas
más baja el suelo
más bajan también ahora
niña suelo ojos ombligo boca y lona.
Está saltando
la niña sobre la lona
y a cada salto
lo alto en bajo se torna
que a más alto la niña
más baja la lona
algo más abajo
sus ojos se posan
y también más abajo
su ombligo se posiciona.
Está saltando la niña sobre la lona.
Escondrijos
Decidí un amanecer
recorrer los escondrijos
donde juegan nuestros hijos
y esto fue lo que encontré.
En uno tenían metidos
a un hombre y una mujer
a uno dieron por vestidos
todo el lujo y el poder
al otro le habían pedido
que le ayudara a poner
cada prenda en su anaquel.
Al entrar allí afligido
me fue fácil suponer
lo que habíales sucedido
destrozados los vestidos
y esparcidos por doquier
pero ni vistos ni oídos
al hombre ni a la mujer.
Yo salí de allí derecho
a buscar otro escondrijo
donde juegan nuestros hijos
y esto fue lo que encontré.
Entre todos habían hecho
una torre de papel
colorines le habían puesto
del derecho y del revés
por lo ancho y por lo estrecho
y por todo su través.
De tal modo lo dispuesto
y tan bello yo lo hallé
que quise saber presto
cual su precio podría ser
pues dí pronto por supuesto
cuán fácil sería vender
artículo tan apuesto
a quien quisiera tener
algo bonito en su haber
aunque no fuera de peso
pero al irlo a recoger
con premura y sin dinero
en mis manos al moverlo
se me vino a deshacer.
Decidí seguir buscando
cuales son los escondrijos
donde juegan nuestros hijos
y esto fue lo que encontré.
A un rincón habían tirado
formando informe amasijo
cien correas con su arnés
otros tantos atadizos
y los cueros repujados
de bozales y corsés.
Entre tanto revoltijo
yo me puse a revolver
por saber que habría pasado
entre ellos para hacer
de asuntos tan esforzados
desprecio tan descortés.
Tanto empeño y tanto ahínco
le puse a lo investigado
que por fin llegué a entrever
qué podría haber sucedido
y es que todo lo tirado
tenía nombre y apellidos
estampados al grabado
por un lado los de un niño
y por el otro el de aquel
que se decía en el deber
de cumplir con su trabajo
y los estaba educando.
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